Hoy el aire huele a ti

Hoy el aire huele a ti

El aire huele a ti.

Escuchando un tema de Luís Miguel, recuerdo aquellas tardes de colegio, cuando todavía quedaba una parte rezagada del verano.

Año 90, yo iba en segundo medio, y ella apareció como por encanto en mi vida.

Ella presidenta del primer año B de la mañana del Liceo Nº 3 de Valparaíso. Recorría las salas de los cursos de la tarde para solicitar una cooperación en abarrotes para el comedor del establecimiento.

Cada vez que escucho esa canción, el aire vuelve a oler a Luisa, pero no mi actual pareja, era otra persona, quien falleció unos años después producto del cáncer en un muslo ocasionado a su vez por una caída de bicicleta no diagnosticada a tiempo.

Mi romance fue platónico, sublimado por la ausencia total de respuesta a mis afectos, de su parte.

Como siempre fui mas emocional que física, los sentires que ella provocaba en mi, eran eso, sentimientos, la encontraba tan bella, tan sencilla, tan simpática, tan mujer, las cualidades que yo hubiera deseado en mi ella las tenia. Mi primer amor, como dice Chayanne en uno de sus temas mas hermosos.

Recuerdo tambiÉn que yo llegaba antes de mi jornada al liceo con el único afán de observarla desde el segundo nivel del liceo, en los momentos de recreo, hasta que una vez me anime a regalarle una vara de alelí­ blanco doble, quedando ella muy contenta, al mismo tiempo, le ofrecí mi amistad, cosa que Luisa acepto de buena gana, luego converso con sus amigas en el pasillo, y mas de alguna se asomaba entusiasmada a mirar quien era el o la galán de turno, y al verme a mi, parecían decepcionarse bastante, pues yo no era considerada una persona muy inteligente ni hermosa en ese Liceo.

Un día Luisa ya no asistió a clases, indague y la vi de pie en el pasillo de la inspectoría.

La salude, y me dijo que la habían retirado del Liceo, pero no me confeso la realidad. Esa información la obtuve tiempo despuÉs, cuando logre conseguirme su dirección y habiendo conversado por segunda vez en su casa.

Me dijo:

 -Parece que me van a cortar la pierna- yo no podía creer lo que escuchaba- es que tengo cáncer..

Sentí como si el mundo se cayera a mis pies y el corazón me estallaba bajo el pecho. Aunque esa situación nunca llego, pues ella se rehusó a que la mutilaran, prefirió morir con su cuerpo integro.

Luego la intentaron tratar con Luz, también con hierbas, mediante un tipo que alegaba se podía curar el cáncer con vegetales sacados del cerro.

Así que aquella vez me dio el litre, intentando reunir algunas de los susodichas materias primas.

En ese tiempo difícil solo pude verla una vez con sus dos muletas. La mayoría de las veces solo vi. a su mama, y me hice muy amigo de ella, hoy desconozco su paradero, pues unos años después de la muerte de Luisa se mudaron a otro domicilio.

Luego Luisa murió, dejando un vacío inmenso en todos quienes la conocieron, en su hermana, su madre. Y en mi, el recuerdo de un lindo sentimiento, nuevo para mi, que me indicaba que podía amar a alguien, sin esperar nada a cambio, mas allá de la materia y la carne.

Termina el tema musical y pervive en mi corazón el sabor agridulce de la nostalgia, y del gran amor que nunca pudo nacer.

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